Un monstruo viene a verme (fragmento)

Obra: Un monstruo viene a verme | Autor: Patrick Ness | Tipo de texto: Narrativo | Etapa: Primaria

El monstruo apareció pasadas las doce de la noche. Como hacen todos los monstruos. Conor estaba despierto cuando el monstruo llegó. Acababa de tener una pesadilla. Bueno, una pesadilla no. La pesadilla. La que tenía tantas veces últimamente. La de la oscuridad y el viento y los gritos. La pesadilla en la que unas manos se escapaban de las suyas por muy fuerte que las sujetara. La que acababa siempre con… «Vete», susurraba Conor a la oscuridad de la habitación en el intento de que la pesadilla retrocediera, de que no lo siguiera al mundo del despertar. «Vete de una vez.» Miró el reloj que su madre había colocado en la mesilla. Las 00.07. Muy tarde si al día siguiente había que levantarse para ir al colegio, tarde sobre todo para un domingo por la noche. No le había contado a nadie lo de la pesadilla. A su madre, por razones obvias, pero tampoco a su padre cuando hablaban por teléfono cada dos semanas (más o menos) y, por supuesto, tampoco a su abuela, ni a nadie del instituto. Eso por descontado. Lo que sucedía en la pesadilla no tenía por qué saberlo nadie. Conor miró adormilado su habitación y frunció el ceño. Algo se le estaba escapando. Se sentó en la cama, un poco más despierto. La pesadilla lo iba soltando, pero había algo que no podía precisar, algo diferente, algo… Aguzó el oído intentando desentrañar el silencio, pero solo oyó los ruidos de la casa en calma; de vez en cuando el crujido de algún mueble en el desierto piso de abajo, o el roce de las mantas en la habitación de al lado, donde su madre dormía. Nada. Y luego algo. Aquello que lo había despertado. Alguien decía su nombre. Conor. Sintió una oleada de pánico, se le encogieron las tripas. ¿Lo había seguido? ¿Había conseguido salir de la pesadilla y…? «No seas idiota —se dijo—. Eres mayor para creer en monstruos.» Y lo era. Había cumplido los trece el mes anterior. Los monstruos eran cosa de bebés. Los monstruos eran cosa de niños que se hacían pis en la cama. Los monstruos eran… Conor.